Una familia amante del Pirineo catalán deseaba sentir el aire puro cada mañana sin necesidad de abrir las ventanas. Para crear este ambiente seleccionamos elementos decorativos en los colores de la montaña: marrón evocando la madera, gris como la piedra y negro como el hierro. Usamos los tonos grises en las piezas de decoración principales: el sofá, la chimenea, los butacones y las sillas del salón y la cocina. En la zona de noche optamos por el marrón porque aporta calidez y paz al espacio. ¡Os invitamos a recorrer el Pirineo de la decoración a través de nuestras fotografías!
«Colocando un banco de madera en el salón no solo conseguimos más espacio de almacenaje y un asiento, sino también un mirador perfecto al lado de un gran ventanal.»