Los espacios abiertos de esta casa práctica y funcional requerían de una decoración uniforme y neutra para ganar en calidez. Apostamos por la decoración nórdica: madera, tejidos claros, cortinas venecianas y tonalidades grises, logrando así un espacio totalmente nuevo. Optamos por aplicar un estilismo diferente a cada una de las habitaciones de los niños (que contaban con la misma distribución y mobiliario), y creamos así dos estancias muy distintas.
«Para los estilos rústicos siempre nos gusta añadir un butacón con motivos animales. En este espacio decidimos colocar dos de ellos, que se han convertido en el reclamo del salón.»